que nos encontramos perdidos de espaldas al corazón,
y no son suficientes los quieros, no son suficientes.
Tiene el amor esa fantástica incertidumbre,
de no saber sino los árboles y campanas,
cómplices a sueldo bajo las miradas..
Tiene la incertidumbre esa aparente muerte,
entre azules cobalto y pisadas venenosas,
desastrosa por demás, pero necesaria.
Tiene la muerte esa falsa manera de jugar,
esa baba con insolencia, esas mentiras y llantos,
de camas de hospital, de miedos útiles.
Pero es el tiempo… es todo lo que no es,
una avalancha de adioses y distancias,
una ambulancia incesante que rodea la ciudad.
Sinuco
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